Antes, un escribano del reino era el encargado de decretar y archivar la historia y las leyes de nuestro mundo. Actualmente, cumplen la función de mensajeros reales, quienes entregan la palabra y firma de los principales gobernadores a sus respectivos vecinos. En otras palabras: la forma más eficaz después del boca a boca para realizar comunicados oficiales. ¿Y cómo se registran entonces los eventos ocurridos después del Ciclo? «La buena memoria ha de ser un don diabólico», y es por lo tanto el momento de presentar a los nuevos escribanos adaptados a los tiempos que corren… ¡Qué mundo tan paradójico!
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